miércoles, 9 de noviembre de 2011

27º día de Cuarentena - Los Infortunios

Antes no me gustaba leer Lamentaciones, pero después de vivir muchos días seguidos de privaciones, varios meses de perdidas y de estar mirando callada sin tener que decir por ya haber terminado todo el vocabulario, no tener más lagrimas, ni sentimiento alguno, pasado todo esto hoy puedo entender el peso que tiene cada palabra del profeta Jeremías.

Para resumir el tema que es larguísimo y siempre muy difícil puedo decir que las aflicciones (privaciones, perdidas, injusticias, etc) son permitidas por Dios no porque Él tiene gusto con el sufrimiento, mas si porque con eso somos obligados a proceder de la siguiente manera:

1- Verificar nuestro interior, evaluar nuestras actitudes e intenciones delante de Dios. (no como víctima pero con sinceridad)

2- Reconocer nuestro errores y lo que nos llevo a cometer el acto equivocado. (algunos fueron inducidos por malos ejemplos, otros por la sensación de necesidad y otros sin ningún motivo)

3- Humillarnos delante de Dios.

4- Ponernos a recordar las cosas que nos traen esperanza (Jm 3:21).


Cuando hay aflicción, no importa si provocada por la propia persona o no, hay dos actitudes que se pueden adoptar:

* quedar haciendo el papel de víctima y ponerse a dar vueltas en el desierto hasta morir.
* asentarse solitario e quedarse en silencio.

Claro que podemos adoptar las dos pero el orden de ellas definirá si el infortunio pasará o si te matará. Quiero decir, al principio uno puede quejarse y lamentar su mala suerte pero si después de eso uno se sienta solitario, queda en silencio y se pone a aprender seguro Dios lo hace crecer con todo y restaurará su suerte como esta escrito:

"Cuando el Señor restauro la suerte de Sión quedamos como quien sueña. Entonces nuestra boca se lleno de riza y nuestra lengua de alabanzas." (Sl. 126: 1-2)

De lo contrario el infortunio hasta puede pasar pero seguirá adentro de la persona en forma de amargura que la llevará a la muerte mas adelante, si es que no cambia de actitud.


Ya se que no son todas las personas que entienden estas palabras, así como hace unos años a tras yo no aguantaba leer el libro de Lamentaciones, pero si usted conoce alguien que se queja o que está amargada envíe este mensaje, quizás lo ayude.