La verdad es que sin darnos cuenta perdemos tiempo, parte de nuestra energía es chupada por cosas fútiles. Cuando pensamos que tenemos tiempo libre dedicamos aquellos minutos en cosas que son capases de llenarnos en pocos segundos de toda clase de información inútil y muchas veces sucia; es como si estuviéramos zambullendo en un lago lleno de sanguijuelas, es imposible salir de allí sin algunas decenas de ellas colgadas por el cuerpo. Deshacerse de ellas después es inútil porque al día siguiente uno volverá a zambullirse allí nuevamente, uno aprende a ignorar la presencia de ellas pero el hecho es que están allí ¡chupando su sangre!
Como dice mi madre "uno solo puede dar lo que tiene". Si el Señor Jesus hizo cuarentena en el desierto cuanto mas nosotros lo tendríamos que hacer con la finalidad de estar preparados para toda buena obra de Dios.
Pasa muchas veces que teniendo oportunidad de bendecir, orientar, ayudar y abrir los ojos a mucha gente la mujer no lo hace porque no tiene nada para dar, esta vacía de las cosas de Dios y cuando tiene que hablar algo se pone a recordar del pasado (muy lejano) porque en su presente no hay experiencia productivas que le den soporte para ayudar otras personas.
La obra de Dios será hecha, con nosotras o sin nosotras, pero yo quiero que Dios cuente conmigo y no solamente me use porque ya se que Él puede usar hasta las piedras.
Si usted esta de acuerdo empiece también a separar más de su tiempo para Dios, no le digo que haga lo mismo que yo pero "con sus propias piernas" tome actitudes que le hagan acercarse más Él, seguro usted verá muy buenos resultados por hacerlo.
"Porque los ojos del Señor contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con Él." 2 Crónicas 16:9