Uno puede intentar... pero nunca podrá disimular por siempre lo que hay adentro suyo. Y eso es con todos los sentimientos e intenciones sean buenas o malas.
Estos últimos días hemos hablado del celo y como es dañino a la relación de la pareja principalmente para la propia mujer y su bien estar interior. Este es uno más de los sentimientos que la mujer puede intentar disimular, pero no por mucho tiempo.
Si usted observar bien la foto verá que hay un lobo disfrazado de oveja, así como este lobo hay muchas mujeres que intentan ser feliz disfrazando lo que hay verdaderamente adentro suyo. Quizás esta mujer no intenta ser hipócrita, pero en un intento desesperado por demostrar exteriormente lo que no hay en su interior termino "sin querer queriendo" quedando así. El problema es que su verdadera naturaleza sentimental, celosa, controladora e insegura siempre volverá a manifestarse.
Entonces ¿como cambiar?
Le cuento lo que hice yo: después de haber descubierto la raíz del celo yo la corte, la arranqué por completo y después puse buenas raíces en su lugar.
Empecé el corte cambiando mi forma de pensar, también ignoraba a los sentimientos y cuando ellos querían transbordar yo no permitía. Si estaban muy fuertes yo iba a la habitación o baño y oraba a Dios lloraba ahí delante de Él y decía que ya sabia que se trataba de un engaño del diablo queriendo dominarme y que ya no los permitía más adentro mío.
Esta lucha duro unos meses, yo tuve que ser constante en ella porque si por un solo día yo me permitiera creer en cualquiera de aquellos pensamientos malos ya había sido derrotada en todo. Fue como una dieta, pero total, mis sentimientos gritaban de hambre y sed me dolía por adentro pero yo no hice caso.
Con el tiempo ya me sentía mejor pero el lobo seguía ahí, era como un vicio queriendo volver yo era apenas una sobreviviente y no una vencedora. Fue cuando vino una Campaña de Israel yo le dije a Dios: "Señor, quiero entregar mi matrimonio que tanto he intentado preservar y retener para mi en Tus manos y para sellar esta entrega me deshago de mi anillo de boda."
Vender mi alianza fue como romper mi corazón en mil pedacitos, mi alianza fue un regalo de boda de mi cuñada, ella lo mando hacer con todo cariño del modelo que yo había elegido, era linda, con un diseño moderno, todavía no he visto otra alianza tan linda como aquella realmente era especial para mi ademas de ser mi única joya de valor. Salió caro confeccionar aquella alianza y cuando la vendí el valor que me ofrecieron era nada. Busque en varios lugares venderla por un precio mayor pero nadie me ofrecía lo que realmente valía, la vendí igual y cuando entregue aquel sobre en el altar subí llorando y baje sonriendo. Porque en aquel momento Dios me transformo de sobreviviente en victoriosa. Y fue de esta manera que arranque la mala raíz y puse la buena.
Por mi experiencia propia puedo decir que para vencer el lobo primero tenemos que luchar con el y hacer todo que este a nuestro alcance para sobrevivir, después de eso hay que presentarse a Dios y dejar todo allí en el altar, entregar lo que uno tanto quiere retener. De sobreviviente Dios nos transforma en Victoriosa y como tal somos fuertes, seguras y invencibles hasta el fin.