miércoles, 21 de septiembre de 2011

Celosa

La persona celosa es atormentada por el miedo de ser traicionada, engañada o desilusionada. Es imposible convencerla de que su desconfianza no tiene fundamento porque siempre encontrará argumentos para afirmar lo que piensa y es exactamente ahí donde vive este problema... en la cabeza.

Yo vivi un periodo, a los dos años de matrimonio, en que no podía acompañar mi marido todo el día en la iglesia, como me gustaba hacer desde el principio, cuando él llegaba por la noche yo quería charlar y él estaba muy cansado para atenderme, yo empece a sentirme cada vez más frustrada tenia la impresión de que a todos le daba atención y a mi no, estas cosas añadidas a otras más me llevaran al limite de mi capacidad emocional. Con sacrificio pude vencer el celo y le voy a contar como lo hice:

Para empezar uno debe reconocer que es celoso y descubrir el motivo. En mi caso yo me puse a pensar "¿porque desconfío de mi marido, si el nunca me dio motivos para hacerlo? ¿de donde me salen estos pensamientos tan malos?" Y con el analizarme pude descubrir que mi inseguridad estaba fundada en mi sentimiento de inferioridad, yo me sentía así porque era muy chica y sin experiencias amorosas al contrario de mi marido, también lo estimaba mucho y a mi misma no.
Otro factor que colaboraba con los pensamientos terribles que me atormentaban era los varios ejemplos de infidelidad que había visto en parejas conocidas de mi familia. Vi muchas mujeres que fueron engañadas y abandonadas por sus maridos de las peores formas y yo nunca admití ser una de ellas. Pero al fin de todo ¿que podía hacer? me venían los pensamientos "si se le ocurre traicionarte vos no podes hacer nada para impedir, lo mejor que podes hacer es no ser tonta, no le crea totalmente, vigile, no deje que te engañe..." Y lo que comenzó como precaución termino transformando se en algo obsesivo. Yo me fue dejando llevar por estos pensamientos y creí en ellos al punto de investigar a mi marido, le hacia preguntas sobre su día con única la finalidad de descubrir que había hecho, le preguntaba varias veces para ver si no se contradecía, hacia visitas sorpresa en la iglesia para conferir que estaba haciendo... que vergüenza!
La verdad era triste porque yo no podía creerle, y cada vez que me esforzaba por hacerlo siempre ocurría algo, el celo me hacia ver cosas que fortalecían mis desconfianzas. Con ese tormento en mi cabeza era inevitable sentirme enojada todo el tiempo, yo vivía mal humorada y siempre era sarcástica y irónica. Me sentía defraudada y confundida, fue cuando me di cuenta de que algo en mí no estaba bien y busque ayuda.
Me acuerdo haber dicho: "sra. Angela no se si esta bien todo lo que pienso, yo estoy haciendo cadena de liberación porque si es un demonio que esta oculto en mí yo no lo acepto, quiero verme libre de eso."

Hoy entiendo que la sinceridad me salvo la vida y el matrimonio, porque el problema no se había originado por un demonio oculto en mí o en mi marido, pero la actitud de humillarme y buscar solución hizo que Dios me abriera los ojos. Yo recibí la orientación correcta del obispo Marcos, me ayudo muchísimo pero le miento si le digo que fue ella quien me cambió. Lo que me hizo cambiar fue una palabra que oí del mismo Dios, mientras viajaba para la iglesia un Domingo por la mañana Él me dijo: "hija Yo te entiendo perfectamente, no preocupes más por eso. Cuide de vos misma y de hacer Mi voluntad y no te preocupes por tus derechos. Yo no permitiré que seas defraudada porque si dedicas lo que haces a Mi, entonces Yo te voy a defender..."
Es increíble como la voz de Dios tiene la capacidad de remover todas las nubes negras de nuestra cabeza, tiene el poder de transformarnos el animo inmediatamente y hacernos libres, livianas y fuertes.

En aquel instante que Dios me hablo todo cambió adentro mío, pero seguramente Él se movió porque vio mi sinceridad y esfuerzo completo en vencer aquel problema en que me había metido. Yo personalmente creo que muchas mujeres aun sufren de celos porque les falta eso: esforzarse de verdad para cambiar la situación, algunas solo quieren lamentarse y sentirse las víctimas pero no hacen nada para mejorar, se sienten ofendidas porque fueron rechazadas algunas veces y temen.

En el proximo post les voy a contar como fue el cambio, cuales fueron las actitudes que me hicieron llegar a la estabilidad emocional que tengo hoy y la satisfacción que disfruto en mi matrimonio.