miércoles, 13 de marzo de 2013

No temas

"Y no temáis a los que pueden matar el cuerpo, mas el alma no pueden matar..." S.Mateo 10:28

Hoy por la mañana leía este capitulo y me detuve en este verso que me hizo recordar las muchas veces que temo los hombres malos que me pueden hacer daño. Al quedar pensando me di cuenta de que realmente nunca temo el mal que me puede dañar el cuerpo, aun que lo quiera mantener intacto, pero este no era el mal que yo temía. Mas bien temía el mal que es interno (en el alma) y que algunas personas son capaces de hacer unas a las otras tales como las calumnias, las injusticias, el engaño.
Cada día que pasa vemos como las cosas se ponen más difíciles y que realmente no podemos confiar en muchas personas. Cada decepción deja una marca y una enseñanza.
No podemos cambiar lo que ya paso, volver el tiempo y no actuar con la misma ingenuidad... pero si podemos tornarnos más fuertes como dice el dicho "lo que no me mata me fortalece" y lo cierto es que ninguna de las muchas decepciones que viví me ha matado : ) Por lo tanto veo que es exactamente así:

¡NO TENGO QUE TEMER EL QUE ME PUDE HACER SUFRIR PERO NO ME PUEDE MATAR, EL QUE ME PUDE PONER EN LA CUEVA MÁS PROFUNDA PERO AUN ALLÁ NO ME PUEDE APARTAR DE MI DIOS!