
YO lo acompaño desde arriba, para él puede parecer algo lejos pero YO se que estoy muy cerca.
Caminamos juntos todos los días, al principio, cuando él era mas joven no estaba acostumbrado a la libertad que YO le ofrecía y por varias veces he tenido que gritar para que él volviera y con eso impedí tragedias.
Una ves su inmadurez lo hizo confiar demasiado en si mismo, y envuelto en sensaciones se fue adelante apurado sin esperarme a MÍ. Una vez más previendo una catástrofe lo llame, grite pero él no me escucho y lo que YO previa sucedió. Él sufrió mucho y llorando se arrastro para MÍ, YO lo cuidé, lo atendí día tras día hasta que se recupero.
Hoy con la experiencia que adquirió sabe Caminar y mirar para MÍ a cada paso que da, esperando nunca más perderme de su vista. Ya lo probé, ocultando me de sus ojitos ansiosos y la reacción que tuvo fue la mejor: él paro y me busco, aun que estaba afligido no se movió del lugar hasta que YO aparecí nuevamente para él y seguimos la Caminata.
En estos años que Caminamos juntos lo protegí muchas veces, cuando sus enemigos vinieron e intentaron atacarlo YO lo tomé en mis brazos y me asome adelante de ellos. Al ponerlo en mis brazos le di la oportunidad de ver como YO, que los enemigos no eran tan grandes como parecían; allí conmigo él percibió que nada era le imposible.
Después de haber probado el poder y la protección de mis brazos ya no quería más bajar de ahí pero YO igualmente lo hago Caminar.
Caminar lo hace experimentado, nos acerca creando la relación perfecta entre libertad y dependencia.
Libertad porque aprende a ser guiado solamente por mi voz.
Dependencia porque no Camina sin MÍ y es por eso que me agrado tanto de él.
"Enoque Camino con Dios y desapareció por Él lo llevo para si..." Genesis 5:24